La nadadora de aguas abiertas Pilar Geijo se consagró bicampeona mundial de esa disciplina en Lago Ohrid. Aseguró que está dejando su huella en la natación y que "va por más. Con el respaldo de la Secretaría de Deporte y el Enard pudo cumplir su sueño de festejar en el Arco del Triunfo en Paris.
Al igual que lo hace en cada prueba del circuito Grand Prix, la nadadora porteña de 26 años -becada por la Secretaría de Deporte- se sumerge esta vez en las claves que la llevaron desde los entrenamientos en la pileta del Cenard rumbo a un nuevo éxito internacional.
“Fui a Macedonia a disfrutar la carrera, sin ningún tipo de presión. Al haber ganado en Lago Magog en Canadá la fecha anterior, aumenté la diferencia de puntos con la segunda del ranking lo que me permitía ser campeona con solo terminar en Lago Ohrid. Igualmente el reglamento exige para lograr el título que se finalice la última prueba, así que hice el esfuerzo incluso para terminar en el podio y lo logré”, explica Pilar, quien nadó los 30 kilómetros en 6h02m22 y quedó a 9m27 de la ganadora, la croata Karla Sitikj. En la segunda posición se colocó la española Esther Núñez con 5h59m19s.
La representante de River Plate se coronó venciendo en seis de las diez carreras del año: Hernandarias-Paraná, Capri-Nápoles (Italia), Saint Jean y Magog (Canadá), Sabac (Serbia) y Ohrid (Macedonia). Además fue segunda en Rosario y en la Santa Fe-Coronda
“Una de las claves de estos logros que obtuve es mi condición física, mi adaptabilidad al frío, al calor, a nadar con y sin olas. Yo tengo la ventaja de poder nadar en cualquier condición, en mar o en lago. Además son muy importantes las características de la personalidad porque son carreras muy solitarias y hay que tener temperamento para no claudicar”, advierte Geijo, y asegura que “Es un deporte que demanda mucha preparación, convencimiento y actitud para salir adelante en aguas heladas”.
Asimismo, recuerda esas experiencias que la fueron marcando desde sus primeros pasos en el deporte:”Cuando era muy chiquita y entrenaba en GEBA me encontraba siempre con Alfredo Camarero quien en el año 53 había conseguido ganar la Capri-Nápoles y ser campeón mundial. Él siempre me decía que mi carácter me ayudaría para las aguas abiertas, ya que mi simpatía y mi positivismo eran la vitales para estas carreras”.
El sostén médico y el apoyo del Estado
La reina de las aguas abiertas reconoce, a su vez, el respaldo que recibe por parte del Estado: “Tengo el apoyo de la Secretaría de Deporte y estoy realmente agradecida por eso porque es un gran aliciente para llegar a este presente. Es sin dudas parte de mis éxitos. Además de esa beca tengo otra del Enard (Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo) y eso me permite realizar una preparación acorde a las exigencias del circuito mundial”.
Pilar también explica que para ella “es fundamental el trabajo con el cuerpo médico encabezado por el doctor Enrique Prada, con el masajistas Gustavo Alvarez y los profesionales que trabajan en el Cenard. Son una pata fundamental en mis logros. No me queda más que alinearme a ellos e intentar ser la mejor. Soy la cara visible con los resultados pero hay un equipo detrás trabajando”.
“A los 13 escribí en un papel: ‘Futura campeona mundial’”
En cualquier deporte, más allá de las condiciones innatas como atleta y el entrenamiento, una pata insoslayable es la mentalidad ganadora, el convencimiento de ir tras un objetivo. Y al parecer ese requisito también se encuentra anclado a la nadadora argentina.
“Cuando era chica soñaba con ser campeona mundial y tanto fue así que a los 13 años escribí en un papel la frase ‘Futura campeona mundial’ y lo puse en mi escritorio para verlo todos los días cuando volvía del colegio”, asegura Pilar, quien comenzó a los seis años en la pileta de GEBA y a los 15 dejó a un lado la especialidad pecho en el natatorio, donde no iba a poder desarrollarse en distancias mayores a los 1.500 metros.
Esa circunstancia se repitió hace algunos meses, tras la primera consagración. “Cuando el año pasado logré el título me hice un tatuaje en la muñeca derecha que dice ‘Open Water- World Rank #1’ (Aguas Abiertas - #1Ranking Mundial). Muchos me dijeron: ‘Pero Pilar, falta que le pongas el año 2010’. Entonces yo les respondí: ‘No; el año que viene voy a ganar de nuevo…Y acá estoy’", confiesa. Un tatuaje idéntico en la muñeca izquierda muestra su entrenador y pareja, Diego Tricárico.
Desde principio de año, Geijo planificó la temporada junto a Diego y en ella avizoró dos claros objetivos, uno ya lo alcanzó y el restante es subirse al podio en los Juegos de Guadalajara, a los que clasificó el 23 de abril en el selectivo sudamericano llevado a cabo en Santos, Brasil.
“Cada día sueño con una medalla panamericana. Es difícil por lo que representa la competencia, pero también lo era ser campeona mundial”, confía a www.deportes.gov.ar Pilar, quien representará a la delegación argentina el 23 de octubre junto a Cecilia Biagioli, Damián Blaum y Gabriel Villagoiz.
Sobre las aguas abiertas
Un total de diez carreras con distancias de 15 a 88 kilómetros, tres niveles de dificultad, entre 6 y 8 horas de exigencia y reparto de puntos para el ranking. A grandes rasgos, ésta es la configuración del circuito Grand Prix de la FINA (Federación Internacional de Natación). Ante esto, el prestigio de Argentina no sólo se basa en sus exponentes sino que también puede medirse en las tres fechas en las que el país es sede: Santa Fe-Coronda, Hernandarias-Paraná y Rosario
“Fui a Macedonia a disfrutar la carrera, sin ningún tipo de presión. Al haber ganado en Lago Magog en Canadá la fecha anterior, aumenté la diferencia de puntos con la segunda del ranking lo que me permitía ser campeona con solo terminar en Lago Ohrid. Igualmente el reglamento exige para lograr el título que se finalice la última prueba, así que hice el esfuerzo incluso para terminar en el podio y lo logré”, explica Pilar, quien nadó los 30 kilómetros en 6h02m22 y quedó a 9m27 de la ganadora, la croata Karla Sitikj. En la segunda posición se colocó la española Esther Núñez con 5h59m19s.
La representante de River Plate se coronó venciendo en seis de las diez carreras del año: Hernandarias-Paraná, Capri-Nápoles (Italia), Saint Jean y Magog (Canadá), Sabac (Serbia) y Ohrid (Macedonia). Además fue segunda en Rosario y en la Santa Fe-Coronda
“Una de las claves de estos logros que obtuve es mi condición física, mi adaptabilidad al frío, al calor, a nadar con y sin olas. Yo tengo la ventaja de poder nadar en cualquier condición, en mar o en lago. Además son muy importantes las características de la personalidad porque son carreras muy solitarias y hay que tener temperamento para no claudicar”, advierte Geijo, y asegura que “Es un deporte que demanda mucha preparación, convencimiento y actitud para salir adelante en aguas heladas”.
Asimismo, recuerda esas experiencias que la fueron marcando desde sus primeros pasos en el deporte:”Cuando era muy chiquita y entrenaba en GEBA me encontraba siempre con Alfredo Camarero quien en el año 53 había conseguido ganar la Capri-Nápoles y ser campeón mundial. Él siempre me decía que mi carácter me ayudaría para las aguas abiertas, ya que mi simpatía y mi positivismo eran la vitales para estas carreras”.
El sostén médico y el apoyo del Estado
La reina de las aguas abiertas reconoce, a su vez, el respaldo que recibe por parte del Estado: “Tengo el apoyo de la Secretaría de Deporte y estoy realmente agradecida por eso porque es un gran aliciente para llegar a este presente. Es sin dudas parte de mis éxitos. Además de esa beca tengo otra del Enard (Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo) y eso me permite realizar una preparación acorde a las exigencias del circuito mundial”.
Pilar también explica que para ella “es fundamental el trabajo con el cuerpo médico encabezado por el doctor Enrique Prada, con el masajistas Gustavo Alvarez y los profesionales que trabajan en el Cenard. Son una pata fundamental en mis logros. No me queda más que alinearme a ellos e intentar ser la mejor. Soy la cara visible con los resultados pero hay un equipo detrás trabajando”.
“A los 13 escribí en un papel: ‘Futura campeona mundial’”
En cualquier deporte, más allá de las condiciones innatas como atleta y el entrenamiento, una pata insoslayable es la mentalidad ganadora, el convencimiento de ir tras un objetivo. Y al parecer ese requisito también se encuentra anclado a la nadadora argentina.
“Cuando era chica soñaba con ser campeona mundial y tanto fue así que a los 13 años escribí en un papel la frase ‘Futura campeona mundial’ y lo puse en mi escritorio para verlo todos los días cuando volvía del colegio”, asegura Pilar, quien comenzó a los seis años en la pileta de GEBA y a los 15 dejó a un lado la especialidad pecho en el natatorio, donde no iba a poder desarrollarse en distancias mayores a los 1.500 metros.
Esa circunstancia se repitió hace algunos meses, tras la primera consagración. “Cuando el año pasado logré el título me hice un tatuaje en la muñeca derecha que dice ‘Open Water- World Rank #1’ (Aguas Abiertas - #1Ranking Mundial). Muchos me dijeron: ‘Pero Pilar, falta que le pongas el año 2010’. Entonces yo les respondí: ‘No; el año que viene voy a ganar de nuevo…Y acá estoy’", confiesa. Un tatuaje idéntico en la muñeca izquierda muestra su entrenador y pareja, Diego Tricárico.
Desde principio de año, Geijo planificó la temporada junto a Diego y en ella avizoró dos claros objetivos, uno ya lo alcanzó y el restante es subirse al podio en los Juegos de Guadalajara, a los que clasificó el 23 de abril en el selectivo sudamericano llevado a cabo en Santos, Brasil.
“Cada día sueño con una medalla panamericana. Es difícil por lo que representa la competencia, pero también lo era ser campeona mundial”, confía a www.deportes.gov.ar Pilar, quien representará a la delegación argentina el 23 de octubre junto a Cecilia Biagioli, Damián Blaum y Gabriel Villagoiz.
Sobre las aguas abiertas
Un total de diez carreras con distancias de 15 a 88 kilómetros, tres niveles de dificultad, entre 6 y 8 horas de exigencia y reparto de puntos para el ranking. A grandes rasgos, ésta es la configuración del circuito Grand Prix de la FINA (Federación Internacional de Natación). Ante esto, el prestigio de Argentina no sólo se basa en sus exponentes sino que también puede medirse en las tres fechas en las que el país es sede: Santa Fe-Coronda, Hernandarias-Paraná y Rosario
