Los poetas urbanos Sergio Adillo y Abraham Velázquez defienden la hip-hop para “transformar lo negativo en positivo”

Los poetas urbanos Sergio Adillo y Abraham Velázquez defienden la hip-hop para “transformar lo negativo en positivo”

El actor e investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Sergio Adillo y el poeta y educador Abraham Velázquez, quienes durante esta semana dirigen en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) el Taller de hip-hop ‘Del verso clásico a la poesía urbana’, han defendido hoy esta cultura como una herramienta para “transformar lo negativo en positivo”.

“Mis padres son dominicanos y yo soy dominicano igual que hip-hop”, explicó el poeta urbano, quien subrayó que, al contrario de lo que piensa la gente, no se trata solo de baile y rap, sino de una cultura que crearon los jóvenes y que, en la actualidad, es compartida “por todas las generaciones”.

 

Para este poeta, el hip-hop permite a las personas liberarse de los problemas para, de esa forma, llevar “una vida mejor” y poder ser una persona “más completa” y, además, sirve como herramienta creativa y educativa.

El educador indicó que los alumnos del taller están aprendiendo gracias a estas clases a encontrar su propia voz, analizar su vida, los problemas, y a darse cuenta de que “igual de importante es hablar que oír, porque eso salva vidas”, opinó.

 

Adillo comentó que la idea de llevar a cabo este curso surgió del ensayo de una obra que estaban realizando en Nueva York bajo el título ‘De Fuenteovejuna a Ciudad Juárez’, en la que se dieron cuenta de los “paralelismos temáticos, estructurales y formales” existentes entre la poesía del Siglo de Oro, el teatro y las distintas manifestaciones artísticas del hip-hop.

 

Entre los alumnos de este taller no existe un perfil definido, hay hombres y mujeres de todas las edades y de las más diversas profesiones. Yolanda es maestra de Inglés en Galicia y reconoció que se inscribió a este curso porque quiere “conseguir” crear situaciones en el aula de “enseñanza-aprendizaje” como las que, según dijo, “se están creando aquí”.

“Despierto, abro los ojos y veo un mundo empañado, parpadeo y una lágrima llueve sobre el papel mojado”, es uno de los versos que improvisó en el aula Marco, uno de los alumnos del taller que, según confesó lleva “toda la vida” escuchando hip-hop.

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