Estudian el glaciar del Alto Sil en el Cuaternario, "el de mayor dimensión de la Cordillera Cantábrica"

Estudian el glaciar del Alto Sil en el Cuaternario, "el de mayor dimensión de la Cordillera Cantábrica"

Durante las últimas fases frías del Cuaternario, el Alto Sil presentó un aspecto muy diferente al actual: gran parte del territorio estaba ocupado por glaciares. Un estudio de Geomorfología glaciar de la cabecera de este río (situada al noroeste de la provincia de León) ha puesto en relieve la importancia de los procesos de origen frío sobre la evolución del relieve de este entorno. Esa impronta aún es palpable en el paisaje actual. Una tesis doctoral, firmada por el investigador del Departamento de Geografía y Geología Javier Santos y dirigida por José María Redondo, aborda el glaciarismo y periglaciarismo en este cauce.

 

El trabajo de investigación describe que durante el máximo avance glaciar (antes de 40.000 años del momento presente), el hielo cubría el 69% del área estudiada. El glaciar del Sil alcanzaba en ese momento la cubeta del Páramo del Sil, y su frente se situaba a unos 725 metros de altitud, después de recorrer 50 kilómetros desde Peña Orniz. Existían otros glaciares tributarios de entre 7 y 19 kilómetros de recorrido: los de Tejedo, Pedroso, Valdeprado, Salentinos y Valseco. Posteriormente, se han reconocido dos fases de retroceso. En la primera, el frente se situó en el valle de Laciana, y dejo morrenas de cierta importancia en algunos valles. En la segunda, los glaciares se acantonaron en circos más elevados, con pequeñas lenguas.

 

El trabajo se dividió en dos partes. En la primera se analizaron las formas glaciares del entorno. Así, se hizo hincapié en la descripción de los depósitos y los restos glaciares significativos. Esta labor ha servido para reconstruir la dinámica glaciar de la cuenca alta del Sil. A partir de este trabajo, se establecieron estas tres fases. El complejo glaciar, destaca la tesis y recoge DiCYT, se sabe que "el compejo glaciar del Sil era el de mayor dimensión de toda la Cordillera Cantábrica y similar a los más extensos del Pirineo". Existen algunos testimonios actuales de esa gran extensión de hielo. Los científicos han encontrado estría y otras marcas de arranque menores localizadas en Páramo del Sil y Palacios del Sil, "vitales para comprender la magnitud de la glaciación".

 

El complejo de glaciares produje una serie de acciones geológicas en el entorno. Aún hoy se conservan acumulaciones de sedimentos glaciares en el entorno de Matalavilla, en el valle de Laciana. También se han localizado morrenas de dimensiones modestas, en Valdeprado y Salentinos. La ocupación por el hielo de estos cauces altos del Sil permitió la formación de lagos en algunos valles laterales de la cuenca. Estos lagos conservan sedimentos procedentes de la glaciación. Los investigadores han localizado ocho secciones con este tipo de materiales, "una alta distribución en comparación con el resto de la Cordillera Cantábrica y aún de la península Ibérica".

 

 

Periglaciaciones

 

En una segunda instancia, la tesis aborda los procesos periglaciares actuales y heredados. Así, se analizó el régimen térmico del suelo de la alta montaña, para obtener datos de la importancia real del hielo en él. Posteriormente, se llevó a cabo un análisis de las formas periglaciares presentes. Todo ello ha permitido conocer, describe el documento, "no sólo las características de estos elementos, sino también los factores que explican su distribución y génesis". Se han localizado 33 ejemplos de glaciares rocosos asociados a la retirada de los principales. Estas formas se encuentran a gran altura (1.4000 metros) y salvo uno todos miran al Norte.

 

Uno de los principales testimonios de este conjunto glaciar es la existencia de extensos canchales en las laderas cuarcíticas del Alto Sil. "Constituyen la forma de acumulación de origen frío más abundante de este territorio". Muchas, no obstante, no son visibles actualmente por la colonización de las cotas más bajas.

 

El trabajo se completa con una cartografía de riesgo de aludes en esta cabecera. "Constituyen un riesgo natural capaz de generar daños localizados de cierta importancia", relata la tesis doctoral. La nieves es frecuente en estas montañas de octubre a mayo. La cartografía destalla las áreas donde son más frecuentes los aludes, como lo son los entornos de Valseco y Villarino de Sil.

 

FOTO: Cartografía de formas glaciares y periglaciares del Alto Sil, provincia de León.

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