Editado el libro “Santiago en Navarra. Imagen, memoria y patrimonio”

Editado el libro “Santiago en Navarra. Imagen, memoria y patrimonio”

Obra de Carmen Jusué, recoge todas aquellas expresiones de culto y aspectos iconográficos que se presentan sobre el apóstol en la Comunidad foral

 

 
La ruta jacobea, fue –dice Carmen Jusué- el primer proyecto común de Europa. “Llegó a representar desde los confines de Italia, Germania o Escandinavia hasta Finisterre galaico, el signo más espectacular de concurrencia física y espiritual de individuos y muchedumbres. Vía de devoción, pero cauce también de bienes, sentimientos, saberes, convicciones y ensueños, la ruta de las peregrinaciones jacobeas fue sin duda la calzada europea por excelencia”.


Con esta idea se inicia el libro de Carmen Jusué, editado por el Gobierno de Navarra, titulado “ Santiago en Navarra. Imagen, memoria y patrimonio”. El trabajo pretende recoger todas aquellas expresiones de culto y los diferentes aspectos iconográficos que se presentan sobre el apóstol en la Comunidad foral, lo que resulta de interés dadas las diversas maneras de representar su imagen a través del tiempo, y los diferentes estilos artísticos en los que es plasmado, si se tiene en cuenta, además, que estas maneras mostraban, muchas veces, estados de opinión y predilecciones marcadas a través de las épocas.

La obra se abre con una introducción en la que se explica como influyó en Navarra su situación de encrucijada de los caminos jacobeos de Europa. Ello removió profundamente, según afirma la autora, su estructura social. Repercutió en la vida de los navarros, dio lugar a la renovación y proliferación de templos y otros elementos litúrgicos y piadosos. La atención a los viandantes y desvalidos en las puertas de catedrales y monasterios provocó un incremento espectacular de los dispositivos asistenciales. Se alzaron establecimientos hospitalarios promovidos por obispos y abades, grandes complejos de acogida para el peregrino en las entradas pirenaicas Aragón y Navarra, centros de órdenes especializadas en tareas asistenciales, como los templarios y, en particular, los hospitalarios de San Juan de Jerusalén y pequeños hospitales anejos a iglesias rurales de titularidad privada. Pero, como explica Josué, la acumulación de viandantes también alumbró un nuevo grupo de hombres de negocios, mercaderes, artesanos hospederos y cambiadores de moneda; una burguesía, en definitiva, que daría equilibrio y posibilidad a “la sorprendente pervivencia de un reino casi inviable por sus dimensiones y emplazamiento”.

Así, “lo que comenzó siendo un hecho religioso, se convirtió además, sin perder nunca este carácter originario, en vehículo de fecundas aportaciones demográficas, culturales, económicas o artísticas.”
El Camino propagó otros elementos esenciales de la cultura que pormenorizará la obra como relatos, textos, poemas, comentarios, etc., así como templos, capillas y ermitas bajo la advocación de Santiago a las que también se hace referencia; se rastrean las principales muestras devocionales al apóstol y otros aspectos como la onomástica, hagiografía, retablos, reliquias y festividades, cofradías y asociaciones.

Un segundo capítulo titulado “Santiago en la memoria” revisa la iconografía del santo sus estilos, épocas y circunstancias. Repasa la iconografía del Santiago peregrino, la del Santiago apóstol y la del Santiago Caballero, tanto en relieves, tallas, capiteles, esculturas y pinturas sobre su vida, su martirio, o el traslado de su cuerpo a Compostela.

Un tercer capítulo se titula “Santiago en la imagen. Patrimonio, advocación y símbolos”. Es el más extenso de la obra y está dedicado a compilar todo lo relacionado con el apóstol y el camino jacobeo en Navarra, para lo que se ha seguido un criterio alfabético de municipios.

Los ejemplares de este volumen se venden en el Fondo de Publicaciones del Gobierno de Navarra (c/ Navas de  Tolosa, Pamplona) y en las librerías de la Comunidad a un precio de 20 euros.

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