Las bibliotecas de prisiones, casi sin libros y al albur

Las bibliotecas de prisiones, casi sin libros y al albur

El Observatorio de la Lectura y el Libro ha publicado el informe Las Bibliotecas de Instituciones Penitenciarias en España, que nace de un convenio firmado entre la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas del Ministerio de Cultura y la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias del Ministerio del Interior.

 

 

Este nuevo informe permite acercarnos a la realidad de las bibliotecas de los centros penitenciarios, y presenta los resultados de un cuestionario en el que han participado los 68 establecimientos penitenciarios que dependen de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias. A partir del análisis de la información obtenida en este cuestionario, elaborado por el Observatorio, se proporcionan datos estadísticos sobre equipamientos, recursos y servicios de dichos centros.

En el documento se presta especial atención a la relación de las bibliotecas con la educación y al importante papel que las bibliotecas ejercen en la reinserción y rehabilitación de la población reclusa. Y de los resultados obtenidos se pueden extraer conclusiones que permitan planificar y mejorar las futuras actuaciones que se puedan acometer en este ámbito.

 

Dificultades de las bibliotecas penitenciarias

Un hecho relevante son las limitaciones con las que se encuentran las bibliotecas de prisiones, que se enfrentan a importantes retos como son la falta de presupuesto propio para su gestión y mantenimiento, la dotación irregular de fondos, y la necesidad de contar con personal especializado a cargo de ellas. El informe pone de manifiesto la necesidad de establecer una red de bibliotecas de prisiones y de elaborar unas normas comunes para la prestación de los servicios bibliotecarios.

Algunos de los aspectos estudiados se refieren a las instalaciones y el estudio concluye que prácticamente la mitad de las bibliotecas disponen de sala de lectura. En cuanto a los fondos, éstos se obtienen de manera predominante mediante donaciones, lo que no permite una selección de títulos o materias acorde a los intereses y gustos de los internos. Lo más demandado son las obras de literatura, seguidas de las obras de información legal.

 

En el apartado de recursos humanos, ninguna de las bibliotecas cuenta con personal bibliotecario cualificado. Y por lo que respecta a los servicios bibliotecarios, el préstamo en celda es el más utilizado con un porcentaje del 96%, y se realizan actividades de animación a la lectura en el 70% de las bibliotecas.

A través del convenio firmado también se quiere incentivar el desarrollo del Plan de Fomento de la Lectura entre los internos de los establecimientos penitenciarios, a través de la organización de cursos técnicos de animación a la lectura dirigidos a los responsables de las bibliotecas de prisiones, el envío de lotes de libros, o la presencia de autores en los centros penitenciarios.

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