La psiquiatría latinoamericana ante el reto de las dificultades sociales

La psiquiatría latinoamericana ante el reto de las dificultades sociales

Alfredo H. Cia, presidente de la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA) y vicepresidente de la Asociación Psiquiátrica de América Latina (APAL) mantiene que las peculiaridades de su cultura y la violencia social marcan el carácter del continente

 

  • La prevalencia de los problemas de salud mental en Latinoamérica se ha calculado en 18 a 25% en la comunidad en general y de  27 a 48% en los entornos clínicos.

 

  • “Latinoamérica ha de tener en cuenta que seis enfermedades mentales están en la lista de las diez enfermedades de mayor incidencia en el futuro”, asegura Alfredo H. Cia.

 

  • Es necesario dar respuesta a los trastornos psicosociales relacionados con los nuevos sufrimientos como son la pobreza, las migraciones, marginalidad, la desestructuración familiar, la aculturación, el trabajo precario, la niñez abandonada, la violencia social y doméstica, el narcotráfico y otras problemáticas.

 

Oviedo, 09 de noviembre de 2011.- La prevalencia de los problemas de salud mental en Latinoamérica se ha calculado en 18 a 25% en la comunidad en general y de  27 a 48% en los entornos clínicos. Pero más allá de las cifras, Alfredo H. Cia,  presidente de la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA) y vicepresidente de la Asociación Psiquiátrica de América Latina (APAL), recuerda que “en Latinoamérica existen varios problemas relevantes, como son la elevada prevalencia de las enfermedades mentales en la población general y en la atención primaria, en esta última permanecen  sin ser diagnosticados ni tratados alrededor de un 85% de los consultantes con  trastornos  mentales. Como en otras partes del mundo, los médicos de atención primaria y el personal sin formación en psiquiatría o medicina son el primer contacto para pacientes y familias necesitadas”.

 

Las peculiaridades y dificultades sociales de Latinoamérica determinarán el porvenir. Así, Alfredo H. Cia matiza que “el Siglo XXI plantea a la Psiquiatría latinoamericana formidables retos científicos, sociales, éticos y políticos. En el aspecto científico debe contribuir con la construcción de un conocimiento de valor universal desde la perspectiva y prioridades de un continente marcado por las precariedades del subdesarrollo. En lo social estamos urgidos por resolver los problemas sanitarios a lo que da lugar la enfermedad mental, pero también debe darse respuesta a los trastornos psicosociales relacionados con los nuevos sufrimientos como son la pobreza, las migraciones, marginalidad, la desestructuración familiar, la aculturación, el trabajo precario, la niñez abandonada, la violencia social y doméstica, el narcotráfico y otras problematicas. Desde el punto de vista ético es obligatorio cumplir con los Tratados y Convenciones suscritos por las naciones y las diversas sociedades científicas. La Psiquiatría Latinoamericana está retada políticamente a colaborar en la construcción de una sociedad más justa, plural y democrática, que garantice el derecho a la salud mental de sus habitantes y a recibir un tratamiento y rehabilitación adecuados para aquellos que la han perdido”.

 

 

Desde la consideración del especialista, “una Salud Pública integral debe incluir los recursos de prevención, asistenciales  y de rehabilitación. Resulta esencial, para el estudio y desarrollo de la Psiquiatría en Latinoamérica incluir  la dimensión social de la salud mental. El área de la Psiquiatría Social, de  trayectoria reconocida en América Latina, podría centrarse en los años futuros, en tres temas de gran importancia. El primero es el de la estigmatización del enfermo mental  y de la psiquiatría  como  especialidad en los diversos segmentos de la sociedad latinoamericana, punto de probable controversia, alrededor del cual se han tejido probablemente mitos que requieren una investigación seria y extendida”.

 

“Un segundo punto”, subraya el experto, “pasa por la exigencia de la integración de programas de atención primaria y salud mental, o el considerar  a  salud mental y psiquiátrica como elementos esenciales de una atención primaria integral, racionalmente vinculada a otros niveles de complejidad creciente para  dar respuesta a todas  las demandas que nos plantea la  psicopatología actual,  es  de necesidad imperiosa en nuestro continente. Además”, concluye el especialista, “es necesaria la inclusión definitiva de estudios epidemiológicos  que  deben  mantener una presencia relevante en nuestro continente y servir  de guía  para una adecuada  regionalización de  los  servicios de la  especialidad”.

 

Entiende Alfredo H. Cia que “los servicios psiquiátricos y de salud mental en la esfera pública deben contar con los recursos necesarios materiales y humanos, mediante  aportes gubernamentales. En la actualidad que resultan insuficientes en la mayoría de los países del área. La definición por parte de las autoridades de cada país de cuales son las  prioridades preventivas  y asistenciales debería tomar en cuenta los pronunciamientos de organismos internacionales, que ubican a seis trastornos mentales entre los diez de más serias consecuencias, al proyectarlos  en las décadas venideras”.

 

El especialista considera que “diversos aspectos históricos y culturales han incidido en la formación de la identidad de la psiquiatría latinoamericana actual y en su vinculación con la salud y enfermedad mental. Por una parte esto ha dado lugar  a  cuadros clínicos autóctonos y por otro, imprime un matiz  particular  a las manifestaciones sintomáticas habituales de la clínica psiquiátrica,  en el cual diversos factores del entorno sociocultural y económico influyen en la salud y enfermedad mental de los pueblos latinoamericanos. Conocer qué repercusión tienen estos factores sociales que determinan la salud mental crea oportunidades para diseñar, ejecutar y evaluar las  posibilidades preventivas y terapéuticas”.


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