Factura de la luz: propuestas para abaratarla

Factura de la luz: propuestas para abaratarla

Greenpeace pide acabar con el oligopolio de las eléctricas y las energías contaminantes para abaratar la factura de la luz La organización exige el impulso del autoconsumo, el fin de las subvenciones a las grandes empresas contaminantes y acabar con los abusos del mercado Abaratar artificialmente el carbón, el gas, el petróleo y el uranio mediante subvenciones mantiene la dependencia desproporcionada a un sistema energético obsoleto, contaminante, peligroso y caro para la ciudadanía Los colectivos más vulnerables serían los más beneficiados por un modelo eléctrico eficiente basado en renovables

 

Madrid-. Ante la comparecencia de mañana miércoles en el Congreso de los Diputados de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, para aclarar las medidas que el Ejecutivo tomará frente la subida de la factura de la luz, Greenpeace pide al Gobierno que diseñe un sistema eléctrico que deje de perjudicar a las personas más vulnerables y responda a la lucha urgente contra el cambio climático.

Hoy está previsto que el precio de la luz marque un segundo récord anual. Greenpeace destaca tres grandes distorsiones en la factura de los hogares, que la encarecen considerablemente al impedir que soluciones más limpias y competitivas puedan desarrollarse:

La concentración del sector (generación, distribución, comercialización) en manos de cinco grandes grupos empresariales (Endesa, Viesgo, EDP, Naturgy, Iberdrola). Esto provoca situaciones de abuso en el mercado eléctrico e impide que las personas sean el centro de un sistema eléctrico eficiente y 100% renovable. La baja penetración del autoconsumo, de las renovables y de la eficiencia energética. Diez años de políticas contra las renovables, el autoconsumo y la eficiencia energética están ralentizando la entrada de las soluciones que abaratan el precio mayorista de la electricidad y la factura para todos los consumidores. La no aplicación del principio de “quien contamina, paga” al sector para que internalice todos sus costes ambientales y sociales. Al contrario, el Gobierno sigue subvencionando a las centrales más contaminantes: una reciente investigación de Greenpeace cuantifica estos pagos en casi 18.000 millones de euros en los últimos 20 años. Esto perpetúa la dependencia de las importaciones de materias primas caras y contaminantes como gas, carbón, petróleo y uranio, así como las consecuencias de sus emisiones o residuos producidos, manteniendo el derroche energético.

“La electricidad no dejará de subir mientras se siga produciendo con combustibles fósiles y sean las mismas empresas o grupos las que dominan todas las actividades del sistema eléctrico: producción, distribución y comercialización”, ha declarado José Luis García Ortega, responsable del Programa de Cambio Climático de Greenpeace. “Pedimos a la ministra de Transición Ecológica una tarifa y un mercado eléctricos que pongan a las personas y al planeta en el centro”.

Además, la organización señala que es imprescindible que las medidas para reducir la factura de la luz y la pobreza energética estén en línea con un Plan de Cambio Climático y Transición Energética que incluya el fin del oligopolio de las compañías eléctricas, el abandono ordenado del carbón y la energía nuclear antes del 2025 y el compromiso para alcanzar un sistema energético eficiente, inteligente, democrático y 100% renovable antes del 2050.

Greenpeace ya demostró en 2014 que los colectivos más vulnerables estarían entre los más beneficiados por un modelo eléctrico eficiente basado en renovables (sin carbón ni nucleares), porque supondría un ahorro medio de un 34% en la factura energética de los hogares. Según cálculos del estudio, solo en la factura de la luz el consumidor pagaría un 25% menos. Además, un avance de las energías limpias y el abandono de las energías contaminantes y peligrosas generaría más de tres millones de empleos ligados a la construcción de nuevas centrales energéticas y un crecimiento anual de dos puntos en el PIB.

Al mismo tiempo en Linz (Austria), donde hoy se reúnen los ministros de Energía de la UE para discutir las nuevas reglas del mercado eléctrico europeo, activistas de Greenpeace han desplegado una pancarta en la que exigen que se dejen de usar miles de millones de dinero público para financiar las subvenciones al carbón, el gas y la energía nuclear.

El responsable de política energética de Greenpeace UE, Sebastian Mang, ha señalado: “Muchos de estos líderes europeos se manifiestan públicamente como adalides de la lucha contra el cambio climático, pero al mismo tiempo siguen financiando la energía sucia que calienta el planeta, contamina el medio ambiente y nos confina en un pasado fosilizado. Es hora de que dejen de desviar dinero público para mantener centrales no rentables y contaminantes en funcionamiento, y se comprometan por completo a hacer que la energía 100% renovable sea una realidad “.

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