Científicos españoles trabajan en el desarrollo de prótesis visuales

Científicos españoles trabajan en el desarrollo de prótesis visuales

JPA/DICYT Grupos de investigación de varios países del mundo trabajan en la búsqueda de prótesis que permitan obtener o recuperar la visión a personas ciegas o con discapacidades visuales, entre ellos, un equipo de la Universidad Miguel Hernández de Elche (Alicante). El científico Eduardo Fernández lidera este grupo y hoy ha impartido una conferencia en el Instituto de Neurociencias de Castilla y León (Incyl), de la Universidad de Salamanca, para explicar los avances en este campo. Los futuros implantes visuales están en fase de investigación, pero se basarían en la estimulación eléctrica que ya utilizan los implantes cocleares para hacer que las personas sordas puedan oír, de manera que los científicos de Alicante están muy atentos a los estudios que realizan alguno investigadores del Incyl expertos en el sistema auditivo.


"Parece que estamos hablando de ciencia ficción, pero no es así", afirma en declaraciones a DiCYT Eduardo Fernández, que pone ejemplos de dispositivos que funcionan de forma similar a como lo haría una futura prótesis visual. "Un marcapasos es un dispositivo electrónico que detecta si hay un fallo en el corazón y, cuando esto sucede, lo estimula para que siga funcionando. El marcapasos existe desde hace 50 años", explica. Del mismo modo, en el campo de los problemas sensoriales están los implantes cocleares para personas sordas. "Nosotros estamos trabajando en otra aproximación similar en cierto modo, pero para personas con problemas visuales, con el objetivo de permitir que personas ciegas o con discapacidades visuales puedan tener una cierta percepción del entorno que les rodea para tareas concretas relacionadas, por ejemplo, con la orientación o la movilidad o para leer caracteres grandes en un ordenador", señala.


La idea de estos dispositivos, tanto del marcapasos como del implante coclear o de un futuro implante visual se basa en que los sistemas electrónicos y el sistema nervioso utilizan el mismo tipo de información, que es información eléctrica. "En el caso de los circuitos electrónicos, hay electrones que se mueven en un conductor metálico, mientras que en el caso de una célula nerviosa son iones que se están moviendo en un compartimento acuoso, que es el citoplasma", comenta. La clave está en "poner en contacto los dos tipos de información, que al final es el mismo". Por eso, la estimulación eléctrica de la cóclea, que es la estructura que procesa la audición, hace que el cerebro perciba sonidos. De igual forma, "si estimulamos cualquier parte de la vía visual, desde el ojo hasta el cerebro, los sujetos tienen percepciones visuales", aunque solo sea una lucecita. En este sentido, la idea es simple: si se estimula esta parte del cerebro con un solo electrodo, se puede percibir un solo punto de luz; con dos puntos, una línea recta; con tres, un triángulo; con cuatro, un cuadrado; y así sucesivamente.

 

Ya en los años 60, recuerda Eduardo Fernández, en el contexto de un experimento la estimulación eléctrica permitió a un ciego leer en braille mejor que con el tacto. Desde entonces, la tecnología ha evolucionado mucho como para esperar buenos resultados en este campo. "Actualmente, los estudios en animales de investigación son muy interesantes y hay algunos grupos de investigación que están empezando a realizar estudios preclínicos en voluntarios humanos con prótesis de retina. El conocimiento y la tecnología empiezan a estar desarrollados como para empezar a comprobar si pueden tener utilidad en humanos, pero de momento no es una aplicación clínica, estamos en fase de investigación", apunta.


Por eso, los científicos esperan lograr "una visión rudimentaria o visión funcional que pueda ayudar a tareas concretas". Con las tecnologías actuales se podría tener una visión en túnel, "como si estuviésemos mirando a través de un cañón de escopeta", indica el experto. En algunas patologías, como la retinosis pigmentaria, el paciente tiene precisamente este tipo de visión, pero se puede llevar una calidad de vida aceptable. "Actualmente se podría conseguir algo muy rudimentario, pero esperamos que sea útil para mejorar la calidad de vida de personas que tengan esos problemas", afirma el investigador de la Universidad Miguel Hernández.

 

Una retina bioinspirada

 

Para que la idea funcione, sería necesario que una cámara captase las imágenes del exterior, "igual que en los implantes cocleares es necesario un sistema de captación de señales que recoja la información auditiva". En el caso de un implante visual hay que captar la información visual, algo que se puede hacer con una cámara estándar o con desarrollos aún más sofisticados. Una de las líneas de investigación de Eduardo Fernández se centra en este campo. "En grupo estamos trabajando con un dispositivo bioinspirado, una retina artificial que se comporte de una forma similar a la retina humana y codifique la información de manera que se pueda enviar a los sitios donde pueda ser útil", indica.

 

En este sentido, el equipo de la universidad alicantina participa en un proyecto de investigación europeo y en otras iniciativas internacionales con varios grupos americanos. Además, trabaja en la optimización de los microelectrodos, "recubriéndolos con distintas sustancias para que sean más biocompatibles"; estudia qué tipo de información es necesario enviar a los nervios auditivos; e intenta comprender mejor los cambios que se producen en el cerebro cuando una persona se queda ciega, "algo que es necesario tener en cuenta porque no es lo mismo poner un implante en una zona previamente sana que en una zona que puede estar dañada y recibe información que no es la normal".

 

Relación con Salamanca

 

Eduardo Fernández y su grupo mantienen contactos con Miguel Ángel Merchán, director del Incyl, debido a la similitud de algunas de sus líneas de investigación, aunque se trate de mejorar sentidos distintos. "En su caso, están trabajando con el sistema auditivo, pero estamos muy atentos a lo que hacen porque no tenemos que olvidar que el sistema auditivo es muy similar al sistema visual", afirma el profesor de la Universidad Miguel Hernández. De hecho, "estamos pensando en hacer algún proyecto de colaboración conjunto, pero de momento se trata de intercambiar conocimientos".


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