In vitro

In vitro

La señora Sánchez-Camacho es muy libre de hacer con su cuerpo lo que le venga en gana, hasta ahí podíamos llegar, pero ni más ni menos de lo que puedan hacer con el suyo el resto de mortales. Viene a cuento por la recientemente conocida paternidad de su “inseminado artificialmente” hijo, del que confirman proviene espermatozoidemente hablando del que fuera en su día ministro del PP, el señor Manuel Pimentel.

 

Dicen que la fecundación fue in vitro, pero a la carta, con la elección del padre por catálogo, cuando resulta que ambos progenitores, donante y donada, habían coincidido en el Ministerio de Trabajo, uno como ministro y otra como directora general. Si hubo o no cópula (algo nada improbable), es algo que ha de traernos al pairo, lo que sucede es que sus correligionarios son defensores acérrimos de la familia tradicional, esa de padre, madre y solo los hijos que Dios tenga a bien regalarnos.

 

Anatematizan a las parejas de homosexuales, a las familias monoparentales y, ha de entenderse implícita en su condición católica que las pecaminosas relaciones con matrimoniados y extramatrimoniales están desterradas de su comportamiento. Y, aunque el tema pueda formar parte de lo que llaman opinión rosa, esa que desgraciadamente ha batido récords de audiencia con la vuelta de Belén Esteban, este asunto ha dado de sí todo cuanto debía. Pimentel y Sánchez-Camacho, Sánchez-Camacho y Pimentel, tanto monta, monta tanto.

 

Que esta revelación sea conocida ahora no resulta cosa gratuita, porque a la política catalana parece que el asunto del espionaje a la exnovia del hijo de Pujol se le ha atragantado y en el PP han encontrado el momento de dar al traste con sus ambiciones políticas.

 

Pero lo que verdaderamente es noticiable y hemos de recibir con júbilo es la salida de la recesión y la aparición, por fin, de los tan anunciados brotes verdes. Dicen que se va a comenzar a crear empleo, pero no dicen en qué condiciones. Los datos macroeconómicos, esos de los que apenas sabemos el común de los mortales, dicen que España sale de la recesión y crece un 0,1%.

 

También dicen que llega el dinero extranjero, como si esto fuera una novedad. Ya antes de comenzar a gobernar el PP, allá por noviembre de 2011, había más inversión extranjera en España que ahora.

 

Y hablando de datos macroeconómicos, resulta que España es el octavo país de la zona euro en lo que respecta a la deuda pública, que mantiene una tendencia alcista. En el segundo trimestre de 2013, nuestra deuda ha ascendido a más de 943 mil millones de euros, el 92,30% del PIB (comparativamente, el año 2011 terminó con una deuda de 736 mil millones de euros, el 69,30% del PIB). Asimismo, España es campeona en déficit público, que ahora está en el 10,33% del PIB (incluyendo las ayudas a la banca; 2011 finalizó con un 9,40%).

 

O sea, que ni los datos macroeconómicos dan la razón a estos salvapatrias. Que algún día habrá que crecer, ¿quién puede dudarlo? Es que si seguimos así no debería extrañarnos que se produzcan episodios violentos, porque hay personas que lo están pasando francamente mal. Muchas muy mal. Y no saben de datos macroeconómicos, solo de que hay que llegar a final de mes y ahora no pueden, mientras otros, esos que compran deuda pública (la banca española posee el 30%) o esos que se están forrando en la bolsa o comprando viviendas hipotecadas de desahuciados o haciendo el agosto con las privatizaciones o aprovechando las bajadas salariales, están viendo crecer sus patrimonios, y muy por encima del 0,1%.

 

Igual hasta es cierto, porque así lo afirman los del Banco de España, que comenzamos a crecer, pero parecen llevarles la contraria las noticias diarias que informan de cierres de empresas, Eres, bajadas de sueldos, desahucios…., incluso con beneficios. Vamos, ¡de miseria! Como si nos estuvieran dando, pero in vitro.

 

Imagen: ilustración satírica de Pawel Kuczynski 

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