Ajenos

Ajenos

El hecho de que el señor Pérez de los Cobos ocultara a los comisionados senatoriales su militancia en el PP fue debida a la impericia de sus señorías que no le formularon la cuestión, como tampoco le interpelaron acerca de si era o no hincha del Barcelona, asuntos ambos de incidencia similar en las labores que le encomienda la dirección del más alto de nuestros tribunales, como así pretende hacernos creer con sus “afortunadas” declaraciones el señor Rafael Hernando, diputado del PP, politiquín de tres al cuarto que no pasará a la historia por sus destrezas parlamentarias y sí por sus exabruptos de hooligan carca.

 

Mientras tanto, habiendo encontrado el FMI la fórmula para la creación de empleo consistente en la reducción de los salarios de los trabajadores en al menos un 10%, unos parece que han estado cobrando por no hacer nada, a tenor de las actuaciones de la fiscalía de Cantabria que investiga al señor López del Hierro, marido de la señora Cospedal, por cobrar 7.000 euros al mes de Liberbank, no realizando labor alguna.

 

Otros, llevándoselo en sobres, aunque conforme a las declaraciones del Presidente del Gobierno, ese que tiene un trabajo que le permite vivir holgadamente al margen de la política pero que, a pesar de estar mucho mejor remunerado “registrar”, viene sacrificándose por los españoles malviviendo de esta última desde tiempos inmemoriales, parece que es una costumbre implantada en todos los partidos. Sorprende cuán espabilado es este señor, que no se entera de lo que pasa en los despachos de su propio partido y, sin embargo, es testigo del cobro de sobresueldos por todos los demás.

 

Nunca en los años de democracia, la política española ha producido más hedor que en la actualidad, ni tan siquiera en los nefastos años de Filesa, Roldán, Rubio, Amedo…, que a nada que pueden, los sobredimensionados traen a colación, pensando que con su recuerdo, los ciudadanos vamos a justificar sus tropelías.

 

Por ello el señor Alonso, portavoz del PP en el Congreso, con la vena hinchada, pide respeto para un partido de tradición democrática, con unos militantes sacrificados, todo ello, mirando a la bancada de la oposición, cuando a quienes debería dirigirse es a sus correligionarios, todos esos de la “contabilidad montaje periodístico de corta y pega”. Esos que han perdido el respeto a los militantes conservadores y, lo que más indigna, a todos los ciudadanos, con la connivencia de avariciosos empresarios corruptores beneficiarios de obras públicas sobrevaloradas, que han llenado sus bolsillos mientras solicitan el sacrificio de los que menos tienen y nada se han llevado, para que trabajen más, por menos, y continúen engordando sus atiborrados patrimonios.

 

Eso es lo que queremos señor Alonso, respeto. A todos los ciudadanos, especialmente a los que peor lo están pasando y que no tienen responsabilidad alguna en la debacle de principios y en la anidada inmoralidad. Porque esto es insoportable, aunque en sus reconfortantes poltronas no perciban el olor nauseabundo y el sufrimiento de cada día un mayor número de ciudadanos. Porque mientras la pobreza aumenta en nuestro país, los bancos mejoran sus beneficios, con la complicidad de todos Ustedes, ajenos. La política es otra cosa.

 

Imagen: ilustración satírica de Pawel Kuczynski 

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